Dora Varona, una cubana en su vida




La recopilación de la obra de Ciro Alegría está siendo realizada por su tercera esposa Dora Varona. Cubana de nacimiento que a los 13 años conoció el aplauso del público siendo conocida por toda Cuba como la niña poetiza. A los 19 años publicó su primer libro de poemas y luego se ganó una beca para ir a España a estudiar literatura. Creció entre halagos y fue mimada desde entonces, pero cuando se casó con Ciro optó por convertirse en su secretaria privada.
Al enviudar, se quedó con tres pequeños hijos y uno más en el vientre, afrontando un verdadero vía crucis para poder mantener a su familia. Trabajaba en doble turno como maestra de escuela cuando ordenando la biblioteca de Ciro se detuvo en un libro sobre la vida de Ana Grigorievna, segunda esposa de Dostoievski. La lectura fue más bien una revelación y a partir de allí decidió dedicarse a recopilar la dispersa y prolífica obra de su marido.
En el 2008 Dora Varona fue entrevistada por el diario el Comercio y he aquí dos preguntas que le hicieron sobre su esposo.

Usted ha dicho, en otras entrevistas que ha dado, que con la muerte de Ciro Alegría acabó su silencio literario y que recién ahí pudo desarrollarse como escritora. Su trabajo se conoce por su poesía, ¿por qué su primera novela está dirigida a niños?
Posiblemente porque este material ya lo tenía trabajado. Únicamente por eso, porque realmente yo había trabajado toda la vida en poesía, hasta que me casé con Ciro. Ahí solamente trabajé haciendo bebés porque ya no escribí más. Él no me dejaba, no me daba tiempo, me ocupaba la vida entera y me consagré a su obra. Me he consagrado 41 años a la obra de Ciro Alegría. De tres libros ahora son 27 los publicados. Todo eso de él. Mío solamente está la buena visión de ser una buena editora, seleccionar y hacer libros con, por ejemplo, todos los cuentos y relatos de los Andes, de la selva y de la costa: tres libros. Y a novelas inconclusas darles un corte maestro para que se publiquen; y luego juntar novelas cortas -dejó tres- y hacer otro libro; juntar todos sus cuentos y relatos en una antología.

También ha dicho que va a terminar de trabajar en la obra de Ciro Alegría con la próxima publicación de Cartas de Amor entre Ciro Alegría y su Alumna. ¿Ese sería el último libro, para luego dedicarse por completo a su propia obra?
Exactamente. Ya Cartas de Amor entre Ciro Alegría y su Alumna, que soy yo porque fui su alumna en la universidad, está listo en espera de un gran editor, porque es un libro que tiene que ser presentado muy exquisitamente porque el contenido lo es. Con ese libro yo considero que ya cierro todo mi trabajo, tengo otros dos, pero que son ensayos. Uno es Boceto de un Retrato del Perú, que ya está listo solamente hay que copiarlo y buscarle un editor. El otro se llama Breve Viaje a través de la Literatura. Todos son artículos de él sobre los dos temas.Pero en cuanto a mí, no es que yo dejara de escribir. Cuando murió Ciro, menos de un año después ya empecé a editar. La editorial Lozada de Buenos Aires publicó mi libro El litoral cautivo. Antes de haberme casado, ya se habían editados otros. Tengo cinco libros de poesía y cinco en prosa.

A pesar de la rudeza en las expresiones de Dora Varona haciendo ver como si hubiese desperdiciado su vida de escritora por consagrarse a su esposo, no se puede dudar del amor que le profesaba, porque aún hoy después de muerto ella sigue luchando por que se le hagan todos los reconocimientos que se merecía.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí sí discrepo un poco con Ciro ya que parece que no dejó a su esposa desarrollarse como escritora, como ella dice “sólo trabajaba haciendo bebés”, lo cual no me parece muy justo; sin embargo, por eso no se le puede quitar el mérito de ser un gran y prolífico escritor, como él hay pocos.

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