Frutos de la vida y la inspiración

Enrique Anderson Imbert, escritor y profesor argentino,escribió en su Historia De La Literatura Hispanoamericana: El más reputado de los novelistas realistas es Ciro Alegría. Su simpatía por los desvalidos, por los humildes, por los indios, por los trabajadores mana generosamente. Su prosa es siempre poderosa. En la Serpiente de Oro; Los Perros Hambrientos; El Mundo es Ancho y Ajeno, aunque la naturaleza y las masas son más visibles, se mueven también personas artísticamente creadas. Y es que para Ciro Alegría, el arte y la poesía no son puro juego intelectual, sino que obedecen a una noble pasión de justicia humana y esto lo hace notar en sus tres más grandes obras.
Al leer las tres grandes obras de Ciro Alegría hemos podido notar que en todas el tema primordial es alguna lucha social. Los balseros de La Serpiente de Oro, que viven y mueren en las aguas del Marañón, el gran río que tiene la bravura de un puma acosado; los campesinos serranos de Los perros hambrientos en lucha incesante contra la sequía, el hambre y la miseria; los comuneros de El Mundo es Ancho y Ajeno asediados por la codicia de los poderosos, aparecen en los relatos del Ciro Alegría no solamente en su apremiante realidad, sino también, en su épica grandeza.

La obra de Ciro Alegría es simplemente maravillosa, es la expresión más fidedigna de una realidad abrumadora, injusta y racista, y es él, el que busca alzar su voz de protesta y mezclándolo con sus experiencias dio como resultado una gama de obras de gran nivel intelectual, cada una con una historia diferente, un personaje diferente, pero esencialmente un mismo mensaje.

Muchos criticaron a Alegría por sus obras, por hablar de “indios inventados”, sin querer reconocer el  mérito literario de este gran autor, que es un emblema norteño de sensibilidad andina con aquellos que era los menospreciados por la sociedad.


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