Persecución

Cuando Ciro Alegría tenía 21 años se desató durante ocho días una insurrección popular en Trujillo, la rebelión más furiosa de la historia republicana del Perú, y en la que participó Alegría, que salvó milagrosamente su vida cuando el ejército asaltó el local del APRA y fusiló a cientos de personas. Pero no se libró de ingresar a la cárcel, donde fue brutalmente torturado.
Una vez conseguida su libertad, volvió a ser perseguido, debiendo huir por los Andes donde recorre la región del Marañón, entre cuyas gentes germina la idea de La Serpiente de Oro. Al cabo de unos meses lo encarcelaron de nuevo durante dos años en Celendín, Cajamarca, Trujillo y, finalmente, en Lima, hasta que el nuevo presidente Óscar Benavides promulgó una amnistía general y fue puesto en libertad en 1933. Trabaja de periodista en Lima y en 1934 es deportado a Chile en donde vivió más de dos décadas

Como ya se dijo anteriormente el APRA marcó toda una etapa de la vida de Ciro, el ya maduro autor tuvo que sufrir toda una serie de injusticias y malos tratos por ser un personaje aprista, que hasta ese entonces era un partido comunista que luchaba por la defensa de aquellos que eran marginados y explotados por los poderosos hacendados de ese entonces.
Es una pena que un escritor tan bueno haya tenido que vivir toda una vida fuera de su patria sólo por no soportar a la sociedad feudal de esos días, aquellas personas aristocráticas y de los gobiernos autoritarios que primaban.


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