Biografía

Nace el 4 de noviembre de 1909, en la hacienda de Quilca, distrito de Sartimbamba, provincia de Sánchez Carrión, departamento de La Libertad.

Hijo de don José Eliseo Alegría Lynch, y de doña María Herminia Bazán Lynch.
Es matriculado al primer grado de primaria en el Colegio San Juan, teniendo como maestro a César Vallejo de quien hace después una semblanza. Enferma de paludismo y tiene que regresar al año siguiente a su tierra.
Termina su primaria en el Instituto Moderno de Cajamarca.
En el tiempo que permaneció en Cajamarca, hasta 1923, vive en contacto muy directo con la tierra, los indios y los cholos de la hacienda de su abuelo.
  • En 1924 regresa a Trujillo para continuar sus estudios secundarios en el colegio San Juan, dejando como huella luminosa la creación del periódico escolar La Tribuna Sanjuanista. Al término de su secundaria ingresa a la Universidad Nacional de Trujillo, simultáneamente trabaja como reportero policial en el periódico La Industria.
  • Antenor Orrego, director del periódico El Norte, aprecia sus inquietudes y lo llama para que colabore en su periódico. Es incorporado al grupo literario Norte. Posteriormente trabaja en La Tribuna.


  •  En 1931 se inscribe en el Partido Aprista Peruano, desde ese momento sufre una cadena de persecuciones y sufrimientos que afectan su salud.
  • En 1932 es tomado prisionero, luego liberado; juzgado en ausencia; desterrado a Chile, siendo aquí donde escribe sus mejores obras.


  • En 1957 se casa con Dora Varona, dama cubana.


  • El 23 de abril de 1960 es incorporado a la Academia Peruana de la Lengua.


  • Víctima de una hemorragia cerebral, muere en Lima el 17 de febrero de 1967. En sus funerales recibió honores de Ministro y póstumamente se le otorgó las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta.



1 comentarios:

Anónimo dijo...

Ciro Alegría un gran escritor; su cuento “La piedra y la Cruz” relata la fe de las personas que podemos tener por algo (en este caso la cruz) sin saber concretamente porque hacemos esta costumbre.
Nosotros seguimos costumbres por el simple hecho de que lo demás lo hacen.

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